2000

MAÑANA DEL 4 DE AGOSTO

Mañana del 4 de agosto,
mañana de Carhué.

Primavera que aún distante
parece deliciosamente rondar.

Diafanidad de la cosas
tras la noche fría.

Calles, rostros, charlas:
- la amiga resfriada,

- la farmacéutica y su memoria,
- la secretaria del médico,

- el peluquero, su señora y sus tres hijos,
- dos padres de varios alumnos,

- la abuela de los mellizos,
- la vendedora de pan en su día,

- la cajera más delgada,
- el vecino de enfrente,…

. . .

Iba por obligaciones
y mandados serios,

vengo
¡colmado de bellas sonrisas!



ENTRE LAS ARTES DESHEREDADAS

Entre las artes desheredadas
la poesía,

golpeando aldabas,
mendiga.

Entre pobres,
entre los suyos,

hambrienta de ojos
mendiga.



ME SIENTO EN LA BELLA PLAZA

Me siento en la Bella Plaza.
Recuerdos con tiempos mezclados,

como olas del Epecuén
desde la cuenca de los pulmones vienen.



¡Ah!,
por acá fueron y los toco:

- humildes artistas de gloriosos y afrancesados arbustos;)
- ajetreadas carretillas con palas, rastrillos y escobas;)

- la hermana Ida con paso chiquito y mirada al piso,)
por la diagonal a la blanca iglesia;

- una legión de guardapolvos a la neoclásica uno;)
- empleados presurosos a la salamónica torre;


- una glorieta cambiante de tres farolas,
baranda baja y arqueada, fotos bulliciosas;

- caminitos de crujientes y blancas conchillas;
- dos fuentes de austeras columnas;

- el hotel Roma en la esquina;
- y tantos árboles ¡tantos! que el salitre del 85 sin piedad llevara)



Sentado en la Bella Plaza,
adormecido por el sol grato del octavo mes,

sigo
¡eternidades soñando!...



Miradme cuando despierte
¡el aromo en mis ojos de agosto, amarilleando!



NUNCA VI

I
Nunca vi racimo de una sola uva,
ni rebaño sostenido por desolada oveja.

Tampoco orador con un sueño frente a nadie,
ni poderoso ministro en tierra de un habitante.

Sí, un átomo en desierto espacio
y un muerto sin más, en cementerio de un solo muerto.

II
Luego, en el asteroide de los tres volcanes y la rosa,
¿para qué le sirven al Principito las preguntas?



GOLPEAN OLAS

Golpean olas de Mar del Plata
en las paredes de mis pulmones.

La respiración se aligera
¡Blanca espuma en el recuerdo atrapo!

Deslizan por lubricadas pleuras:
amores, mundial del 86, Epecuén inundado,

Borges, Halley,
Alfonsín y el Nunca Más del 85.

La respiración corre, corre, se cansa…
¡Blanca espuma en el recuerdo atrapo!

Piedras y membranas en cada oleaje se pierden.
Segundos después, húmedas de lejanías y desgastes afloran.

. . .

Olas de Mar del Plata golpean,
ay, ¡sólo espuma en el recuerdo atrapo!



CONSTRUYO LA INFINITA VIDA

Construyo la infinita vida
levantándome cada mañana a cualquier exacta hora.

Habitación tras habitación, externa tras interna
abro las ventanas.

Me aseo.
Mirándome al rasurarme achico

-con peine, afeitadora, jabón, agua fría y espejo-
su sinsentido.

Leo por la web. Hablo por la Yrigoyen.
Escribo, borro y escribo por el día.

. . .

Construyo la vida retirada
Al hacerlo, construyo consciente y asustado la muerte.

. . .

Extrañamente, las preguntas se acumulan.
Extrañamente, cada vez más las respuestas faltan...



BESOS EN TU ROSTRO

Besos en tu rostro.
Preludio de bocas

que:
atropellan, caen,

cantan, se lastiman,
riegan jardines,

 prenden lunas
y huracanes,

exterminan guerras…
¡hacen panes!.

. . .

Besos en tu rostro,
¡militancia con hilos de seda y zafiros!



TENDIDO BAJO EL AROMO

Tendido bajo el aromo
el viejo poeta dormía.

Fue en una tarde de agosto,
¡el aire a violetas sabía!

Capa de gran hidalgo
le hacían las flores caídas.

Y fueron tantas y cuantas
¡qué el suelo dorado reía!



Fue en una tarde de agosto,
las flores al hombre cubrían,

al hombre que fuera poeta
¡al poeta que es hoy poesía!



¡AY LA GUERRA MADRE!

¡Ay la guerra, madre,
que me ha dejado sin piernas!

con ellas corría y danzaba
por bailes y tierras fraternas.

¿Dónde reirán hoy los niños
que al cielo iban jugando rayuelas?

¿y dónde se amarán los amantes
si rotas están sus secretas plazuelas?

¿Dónde los jornaleros harán
guitarras y castañuelas?

¡Cuán poderoso el buitre,
cuán negras las nubes y callejuelas!

¡cuán vacías las manos abiertas
de aquellas vacías abuelas!

¡Ay la guerra, madre,
que me ha dejado sin piernas!



ALFREDO PALACIOS

“Alfredo Palacios, el bueno”
debería ser, sin vana hojarasca, todo este escrito,

pues poco tan claro
sobre noble, cierto y austero argentino.

Abogado de pobres y de pobres político.
Constituyente, orador cuantioso, supino.

Socialista de una sola casa,
y de un solo patrio arracimado destino.

. . .

“Alfredo Palacios, el bueno”
hacia obreros, mujeres y niños, ¡un macizo camino!...



HAY UN PAPEL DE DIARIO

Hay un papel de diario por la Yrigoyen en este jueves.
Acero y nada.

Irreconocibles hojas de fresno le acompañan a estribor
en marrón bandada.

Un sucio tique de la mutual por 234 pesos
y, al final o al comienzo, un colilla ferozmente machacada

más un pequeño y roto escrito
con la palabra amor. Azul, colegial, apresurada…



FUMARÉ ESTE CIGARRILLO USADO

Fumaré este cigarrillo usado
y me iré:

- por ese camino de mosaicos monótonos
que prolijamente devora la sombra de mis pies,

- por aquella puerta gris
donde termina el camino de mosaicos.

Sí,
después me iré...

¡Otros caminos acogerán mis nuevas sombras!
¡Otros caminos las devorarán!



ME HE ADUEÑADO DE UNA PALABRA

Me he adueñado de una palabra.
La he registrado, ahí, donde corresponde

so pena de que quien la use
tenga la severa pena que pena concierne.

Soy tirano no sólo de ella, su sonido y eco,
¡también de las realidades todas a las que alude!

Así he firmado. La he guardado en profundo foso
cubierto de piedras, ¡el Masallé encima y mil maldiciones!

¡Por el Universo y la Eternidad no la uséis!,
A pie, en bicicleta, desnudo, vivo o muerto,…

¡me pertenece!:
Inequidad.



LA ENORME HABITACIÓN

La enorme habitación,
había sido un aula.

Tenía mi rincón aromado por Barracas y el Riachuelo.
En él:

una alta ventana de catedral y pequeños vidrios,
un secreter enchapado en bellas maderitas donde guardaba, no siempre, el corazón,)

una silla vestida de noche con la ropa del día,
una mesa de luz provenzal con una lámpara con sombrero

y un estridente e infatigable despertador.
Dominando: la cama apoyada a una alta clara puerta

con “Personajes y perro ante el sol”
de aquel Miró catalán, entonces bien vivo.

La cama tenía una colcha verde, ardida por espirales,
la puerta… un Miró catalán y matador, entonces bien vivo.

Era abril del 72.
Los chicos de Malvinas tenían 8. Epecuén, medio siglo…



TRES ESPACIOS

Mientras hablábamos buscando a Santiago, bien abrigados
de los filosos cuchillos del viento sureño,
una arañita escapaba pequeña y rápidamente por entre los pies.



RECORRO MIS ÓRGANOS

Recorro mis órganos y hago casi setenta años.
Miro la Luna de los llenos pechos subir desde el aljibe al cielo de Carhué y junto palabras.)

Escribo mis creos
y estoy -creo- sincero.

Voy al dentista con mis dientes flojos
…al aromo del fondo con algo cansado. 



QUE SEA PARA TODOS

Qué sea para todos el día soleado
y para todos los chicos la plaza de juegos,

la escuela,
¡el hogar entero!

Para los viejos, nosotros, la belleza última
y la Luna de los llenos pechos.

Y los panes frescos, la leche caliente,
las caricias buenas.

Qué sea el trabajo
¡para que el hogar sea entero!

. . .

Qué sea para todos el día soleado
Raúl González Tuñón.

(Qué el Universo “científicamente” se expande
¡qué para ello y para Todos, el Universo se expande!)



LA LUNA DE TANTO SUBIR

La Luna de tanto subir, luna tras luna,
¡el bello aljibe ha hendido!

En las pequeñas heridas el musgo verdeó
y al pasar el dedo, ¡cosquillas de mellizos el dedo hubo recordado!

Dentro del pozo parecen volar mil luciérnagas:
¡sólo tierritas de luna atorados!

El viejo balde, boca abajo,
¡hace años que de regar conejitos, amapolas y vides ha dejado!



A SER VERSO Y BRUMA

A ser verso y bruma
voy yendo...

La bruma
que me olvida,

el verso
que me recuerda.

. . .

A ser olvido
y en alguien recuerdo

¡vientos del sur
me llevan!



HE LEÍDO TAN POCOS LIBROS

He leído tan pocos libros, recordaba el 12,
Leído, sí, los distintos atardeceres de Carhué desde el tapial del fondo,

¡cuántos diversos rojos
que como moretones iban en las piernas que al tapial subían!,

¡cuántas diversas glorias!,
¡glorias de tumbas egipcias que, con latas de té, en el suelo construía!

He leído tan pocos libros.
Leído, sí, los silencios de las brevas,

su lenguaje de almíbares
y blanduras

y el ruido del intercambio gaseoso en mis alvéolos.
¡Cómo se aireaba el interior de oxígeno y fondo de rojos y brevas!,

¡cómo me construía huesos e infancia!,
Mas,

he leído tan pocos libros,
recordaba el 12

(en la plaza de la Memoria,
buscando a Santiago…)



¿POR QUÉ URGE LA GENTE?

¿Por qué urge la gente?
¿hacia dónde?

El sol chorrea amarillo,
el niño ríe,

medioagostea el liquidámbar,
el Pigüé dulce desciende…

¿Por qué urge
si es la siesta?,

¿si es el 16 de agosto
y es la vida segundo tras segundo?

                    . . .

“Dejo” al que parte,
en su último instante,

en esa soledad que me desmorona,
¡las únicas premuras de la vida!



Y LOS RINCONES VACÍOS

…Y los rincones vacíos
de estas hojas electrónicas

escriben mejor de las soledades y esas cosas
que palabra alguna:

“ruinas, duelo
desolación, marginación, baldíos,…”

¡Mejor que lunas enteras de Carhué
sobre heladas ramblas de julio!

. . .

Están las soledades en lo no escrito,
entre palabra y palabra,

en los fronterizos márgenes,
entre punto aparte y mayúscula,…

Ahí,
donde cada lector bajo su lámpara lee,

huérfano,
¡las soledades suyas!



POR LAS ESCALERAS DE MIS ADNS

Por las escaleras de mis ADNs
siguen goteando viejas historias,

son memorias de la España de los 30,
de los hernández, poetas y lorcas,…

¡Llegan a mí de vascos ancestros,
traen ecos de parricidas luchas!

Son crónicas que por mis rincones
fundido se han a fieras memorias,

…¡acreciendo azucenas y espantos,
desaparecidos, poetas y lorcas!



CUANDO CONTEMPLAMOS

Cuando contemplamos
el Busto de Nefertiti en el Neues Museum de Alemania

o gran parte del Friso del Partenón en el Museo Británico del Reino Unido
o...

"contemplamos" (sin saberlo o no) :
- la expresión de una Sociedad,

- el poder de unos sobre otros en la época originaria,
- la obra de arte robada,

- el poder de unos sobre otros en la época del robo,
- el mantenimiento del statu quo,

- el poder de unos sobre otros en la actualidad,
- un ejemplo de la naturalización del “pisoteo”,

- un hilo en la historia.
Creo…



LA TARDE DE AGOSTO

La tarde de agosto va cerrando puertas y persianas por las calles del pueblo.
De tanto en tanto se escuchan los golpes de maderas y metales.

Uno de los dos sapos del jardín,
inmóvil acecha con cierta eternidad.

El ligustro silvestre, junto a una despoblada espumilla,
brota en penachos.

Por el fondo, los gatos juegan,
mientras leo en el celular sobre Barcelona.

. . .

Son las siete.
La tarde y los gatos se han vuelto pardos,

las puertas y persianas silenciosas, cerradas, casi seguras.
El verso difícil…



EN 1978, EL ESCRITOR OCTAVIO PAZ EXPRESÓ

En 1978, el escritor Octavio Paz expresó:
“Su poesía no está contaminada de ideología ni de moral ni de teología (…)
es uno de los poetas más puramente poetas”,
refiriéndose al peruano Emilio Westphalen.
Si tales palabras son ciertas y son como parecen, me preguntaba…

Octavio Paz:
¿puede un ser humano “no estar contaminado”?

¿No inflamado de los dolores de la humanidad?,
¿de aylanes, rocíos, santiagos, unas menos,

pobrezas, malvinas usurpadas, epecuenes en ruinas?,
¿sanmartines exiliados, barcelonas,…?

Puede un ser humano
¡que es ideología, moral y teología de cabo a rabo!

¿ser paciente de quirófano toda su vida?,
¿ser eremita de recogido monasterio?

¿Puede un poeta,
ser “más puramente poeta”?,

¿ser bella mariposa
mientras el chimango devora a sus presas?

Octavio Paz:
¿puede un poeta ser sólo “mañana, lirios y rosas”?

¡Ay!
¿sólo eso?



ME TOCÓ

- Me tocó, por esas cosas del Universo,
serme.

Y serme de lo que podía y de lo poco
(por Carhué) fui.

- Acopié (sin saber que me estaba siendo):
decenas de billíkenes, preguntas,

ochocientos sábados en el Masallé,
diez inviernos en Buenos Aires,

Malvinas, la inundación de Epecuén,
un año en Mar del Plata, amores y muertes…

- Y me construí:
autodidacta,

docente,
escritor,

hacedor de una luna (de llenos pechos), de un aromo,
¡de una soledad!,…

. . .

- Me voy resultando (a los sesenta y siete):
desordenado y... ¡pequeñamente cosmogónico!



TE FUISTE DE MI ROSTRO

Te fuiste de mi rostro,
de tu bello olor en este cuarto, en este lecho.

Epecuén se partió del Cristo al Masallé
dejando una herida de barro, salitre y flamencos en la cuenca.

Te fuiste hace días y noches,
¡pocos…, inmoderados!,

quedaron la almohada sin funda
y las cuatro paredes, quietas.

...¡Se reabrieron suturas largas
en todas mis esperas!



QUIZÁ SEA

Quizá sea
vivir la vida

como copetona de los caminos del Masallé,
o flamenco del Epecuén o colibrí del aromo de Carhué,

entre trigales de inmigrantes,
artemias salinas y amarillos de agosto.

Quizá…
con alas -entre alas-

hasta joderse o gloriarse
de tierra, agua, aire.

Con alas -entre alas-
hasta morirse.

. . .

Quizá…
los caminos van por los cielos.



Y CODICIOSAS

Y codiciosas,
como nuestros cuerpos,

vendrán llenas de primavera
todas las primaveras sureñas.

Llenas…
de hojas verdes para los liquidámbares hacia la torre blanquinegra,)

de vientos obligados sólo a aventar aguas intrusas,)
de cielos azules sin nubes terroristas,

de ventanas abiertas para asmáticas casas,)
de flores desvergonzadas para ramblas y patios victorianos…)

Y con las primaveras de Carhué, Epecuén, Masallé,…)
nuestros cuerpos,

aventados, terroristas, desvergonzados,
se harán, como siempre, aquella primavera.



ELEGÍ LA PALABRA

Elegí la palabra
y en su habitación, el verso breve sincero.

Dejé de lado, entonces,
la argamasa, el golpe, el acero,

el brazo subiendo, bajando,
el músculo tenso, herrero,…

Pareció desde la puerta
¡tan poca cosa enero!

Yo en la mesa estacionado
¡haciendo del barato verso, cumbre y derrotero!



ME DORMÍ UNA TARDE

Me dormí una tarde
y soñé una vida.

Versos me llevaban,
la barba -fuerte azabache- crecía.

Ciruelas dulces del Masallé
al suelo caían.

Ciruelas rojas, amarillas, damascos,…
dulce al suelo volvían.

Era ya de noche
soñando seguía…

¡rubios los cabellos, azules los ojos,
entre las ciruelas bailando venía!

Le tendí la mano,
le abracé la vida,

me dormí una tarde,
¡me quedé en sus días…!



LA PALABRA ES PUENTE

La palabra es puente
entre los abismos de las personas.

El libro,
una forma de hacer el puente:

de acero, madera, hormigón,
colgante, de arco,…

Por allí el lector
avanza, corre, danza,

se arrastra, gatea, desfila,…
hacia los otros.

A veces, egregio,
¡el lector es Borges!

A veces,
¡el mismo puente!



¿QUIÉN SOY?

¿Quién soy?
Vida, ser humano, sociedad e infancia.

Lo que voy siendo
y no siendo

de una nada
a otra.

Claro esto como el sol y la luna
de Carhué.

¿Quién soy?
Nudo en un contexto de poderes

y de pobres y pobrezas
e intermediarios.

Absurdo esto como la inundación
de Epecuén.

. . .

Si tengo hijos, textos, árboles,
algo más.

. . .

Si hay absurdos
el mazazo de mi verso.



SOBRE EL TECHO

Sobre el techo de Carhué
llueve



Las gotas que suenan en sus chapas
suenan al tecleo ruidoso y monótono de mi vieja máquina de escribir

iniciando letras que inician palabras,
versos que libros,

picando agujeros por los muros
y por la vida



que es ésta de: la única eternidad, el único infinito,
la única utopía y el único ser humano posibles.



ME HE ACOSTUMBRADO AL AROMO

Me he acostumbrado al aromo
entre sus hojas empaparme poco

y quizás no debería poco
y quizás no debería.

De un pequeño amarillo en agosto,
de un pequeño colibrí delante

me he acostumbrado pequeño, pequeño
y quizás no debería.

La Yrigoyen se ha vuelto otra
el aromo del fondo mío

yo poco, pequeño, pequeño
y quizás poco, pequeño, pequeño no debería.



SUBIÓ LA LUNA

Subió la Luna a la oscuridad.
No sé desde dónde.

Sé,
no del aljibe.

. . .

¡Qué inmenso su derredor de alfalfar oscuro!
¡cuánta soledad en su perfecto brillo!

Cinco estrellas consortes ¿sólo?
¡Ay! ¡el Lucero lucerito tan incierto!

. . .

Evoca la luz,
el farol de querosén sobre la mesa nocturna de Sarria

iluminando
tu último rostro de luciérnaga vencida.

. . .

Rezo
acá.

Sé desde donde.
¡Sé hacia donde!


 
LOS VERSOS A EMMANUELLE



ES UN 27 DE OCTUBRE (I)
a Emmanuelle, en el hospital

Es un 27 de octubre
cuando,

a una caricia,
te veo:

semiabierto un párpado
sobre la almohada de hospital.

Una hoja
de nuestro jacarandá.



CINCO MENOS CUARTO (II)
(a Emmanuelle, en su casa)

Cinco menos cuarto
del dos de diciembre

Te veo por segunda vez.
Estás recostada

con un vaquero azul desteñido,
una remera rayada,

la venda en la cabeza,
el pelo ralo desparejo,

el ojo izquierdo inmutable,
los pies desnudos…

Al saludarte,
buscando tus labios,

me ofreces tu mejilla derecha.
Afuera llueve.



A QUIÉN HABLAR (III)
(a Emmanuelle, en la calle)

¿A quién hablar de ese beso esquinado?
¿de qué me estoy chorreando bajo esta lluvia de diciembre

y no importa?,
¿de qué me duelo?,

de que me duelo… ¿A quién?
si tu amor no reclama.



SOY, 3 DE DICIEMBRE (IV)
(a Emmanuelle, en casa)

Soy, 3 de diciembre:
este cuarto con una cama

(nuestra cama).
Enero, febrero,…

cuando abra las ventanas a Buenos Aires
y se abran tus palabras

y tu cuerpo y tu memoria
por entre las vendas,

me tendré de vuelta.
Mas, 3 de diciembre

son mis órganos:
cuatro paredes, un piso, un techo, una lámpara, una puerta, una ventana, una cama.



ESTOS VERSOS (V)
(a Emmanuelle, en la calle)

Estos versos
los escribo.

Los llevo: en el bolsillo
con los cigarrillos, el ronson, los documentos, la plata y las llaves;

en el bolsillo de la camisa
sobre el pulmón izquierdo;

sobre el corazón,
ese cajón que bombea la savia

y con ella
estos versos.



REGRESARÁS UNA TARDE (VI)
(a Emmanuelle, en casa)

Regresarás una tarde,
como siempre.

Como siempre,
bajaré por esta escalera a recibirte.

Regresarás al cuarto,
bajaré por las sábanas a recibirte.



El resto tan lejos.
Como siempre.



FRENTE AL ESPEJO (VII)
(a Emmanuelle, en casa)

Frente al espejo
del baño verde:

un rostro lacio,
una barba de días,

el pelo largo de los 70,
dos ojos.

Frente al espejo,
los azulejos verdes.



EL SOL BAJA (VIII)
(a Emmanuelle, en casa)

El sol baja
tras el nuevo edificio,

desde un disco,
Bachelet canta “Emmanuelle”.

Yo,
voy y vengo entre las sombras de un cuarto a las sombras de otro.)

Me cuesta verme.
Sólo la espalda de tantos cigarrillos.

El sol baja por la sudorosa Buenos Aires,
Bachelet canta “Emmanuelle”.

Yo,
te amo de un cuarto a otro…



ME HE HECHO LA NOCHE FUMANDO (IX)
(a Emmanuelle, en la calle)

Me he hecho la noche fumando, escribiendo
en el bello escritorio.

La terraza me separaba de la luna de diciembre,
tres poemas me llevaban a tu ventana.

Me he bañado, lavado el pelo, afeitado.
Algo de mis 20 renació.



Voy ahora por Buenos Aires,
por Avenida Independencia hacia ti.



AMOR (X)
(a Emmanuelle, en su casa)

Amor: ¿sabes de tu cuerpo
sin mi cuerpo?,

¿sabes de una primavera en Buenos Aires
sin jacarandás?

¿Sabes en nuestros labios
palomas equivocadas?,

¿y de atavíos
sobre nuestras cortezas?



¡Ay!,
¿sabe tu olvido más que tu amor?,

¿las balas de estos 70
más que la vida?...



MI VERSO TE ACECHA (XI)
(a Emmanuelle, en su casa)

Mi verso te acecha
por el párpado bajo.

Por la venda recién cambiada,
atrincherado y con barba de días te acecha.

Va armado de flores violáceas.
Va armado de ambos amores.

De ambas memorias,
besos certeros.



No puedes eludirlo
¡de vida te acecha!



TRAS TU INFINITO BESO (XII)
(a Emmanuelle, en su casa)

Tras tu infinito beso
mis lagunas secas

se llenaron de años de agua.
Nos sentamos.

Te miro con amor
y vacío.

Te beso la garganta.
Nos lloramos.

Me miras con amor
y vacío.



HA PASADO MEMORIA (XIII)
(a Emmanuelle, hoy)

Ha pasado memoria
desde esa memoria.

En mis pulmones
vientos residuales quedan.

Al respirar profundo
los jacarandás porteños deshojan.

Por mi mano
salen las hojas.

Al respirar más profundo
resta una tierra sin Buenos Aires.

Por mi mano sale la tierra,
cubre las hojas…